Rock

Drifters

Drifter (El Vagabundo) inicia su trayectoria en el año 1998. Para llegar a ser la poderosa banda de power metal. Su gente tuvo que darse buenas caídas y resbalones.

En sus días de banda de garaje, su primera alineación buscaba influencias para definir su sonido propio. Para eso, Drifter divagó entre las rolas del pop - rock en español de gente como Soda Stereo, pasando por Rage Against the Machine que mezclaba el hip hop y el rock, hasta música de grupos como Green Day que en esos tiempos se auto proclamaron como la resucitación del punk.

Ese “desbalance”, tanto musical como existencial no pudo superarse y los primeros cambios de integrantes se dieron. Con la llegada del guitarrista Manuel Alfaro, Vagabundo adquirió una actitud más orientada al numetal. Los covers caminaban en un mismo sentido y Drifter modificó su repertorio para tocar música de gente como Korn, Limp Bizkit, luego Coal Chamber, Deftones, y System of a Down.

En el año 99, el grupo tuvo un cisma que estuvo apunto de darle el tiro de gracia a “el vago”. El grupo casi se desintegra al quedarse sin guitarrista, pero Manuel Alfaro contactó a Rodrigo Zapata (hoy guitarrista de Minium). Zapata estuvo con Drifter durante unos 6 meses. Con su llegada se empezó a trabajar la música original del grupo.

“Por ese tiempo empezamos a salir a tocar. Tocábamos en bares como “La Iguana” y en el Studio 225 (ambos antros ahora extintos)”, cuenta el cantante Enrique Padilla.

Luego el grupo tuvo otro bajón cuando Rodrigo dejó el grupo para unirse a Minium. Fue entonces cuando Miguel Luna – antes en el “turn table” -, tomó el lugar de Zapata en la guitarra.

Drifter ahora está compuesto por Jorge “Gárgamel” Morán (en las percusiones y tambo de gas), Rodrigo Molina (lira), Miguel Luna (la otra lira), Enrique Lozano (bataca), Mauricio Zometa (bajo) y Enrique Padilla (garganta). Es una banda con un brutal disco nuevo, lo más fresco del género Power Metal.
 
El disquito  

“Siempre tuvimos la idea de sacar una rola para darnos a conocer. Entonces fuimos al estudio de la universidad Don Bosco pero no quedaron bien las rolas. Es más, quedaron horribles”, cuentan los Drifters. A pesar de eso, los rockeros dicen que lograron salvar una de esas canciones titulada “Damnificados”, la cual lograron colar hasta el N° 4 del Top 10 del programa de rock nacional Subterránica de la radio Femenina 102.5 F.M.

“Quedamos picados con el demo que hicimos. Luego vimos una noticia de que PRODEROCK estaba grabando discos (Proyección y Desarrollo del Rock Nacional) y buscamos la forma como contactarnos con Apartamento 31 (parte de la vanguardia) para ver como lográbamos grabar con ellos”, explica “Gárgamel”. La banda luego pasó a formar parte de los grupos que integran esa asociación.

El disco empezó a ser grabado alrededor de junio de 2002 en el estudio de PRODEROCK. La batería fue grabada siempre en los estudios de la Universidad Don Bosco.

En el disco, el grupo empieza experimentando con sonidos electrónicos. Luego la primera rola “Juntos”, es quizá la pieza que más da el efecto de “speed”. Es una canción “levanta – ánimos”, un gran “patadón”, como ellos la califican.

Le siguen las canciones “Vicio” (rola con buen inicio), “Maldita” (sobre un tipo que ya no quiere vivir), “Justicia Urbana” (inspirada en los linchamientos guatemaltecos), “Q.L.V” (Quítame la vida)

“En el CD tratamos de entrar al pensamiento de un vago. Sus pensamientos de depresión perenne. Todas las rolas tienen el mismo significado, se trata del punto de vista de un vago que ya no aguanta la vida. Todos los temas acaban en su muerte”.

Aquellos familiarizados con los personajes urbanos sabrán que hay un viejo vago con “dreadlocks” y barba blanca que deambula por la calle panamericana en las cercanías de la Universidad José Matías Delgado. “Lo hemos adoptado como nuestra mascota... Por eso su rostro aparece en el disco”. “Los vagos son personas neutras, ellos no van a hacer nada por nadie, están ahí viendo pasar los días viendo que van a comer y esperando a que llegue la muerte. Ellos son los sabios de las calles”, concluye Gárgamel.

La percusión de Drifter resalta bastante, especialmente por el uso del tambo de gas - que suena raro pero “good” -, una voz carrasposa, oscura, gritada y potente. Unas buenas y rápidas figuras en la guitarra y en el bajo. En fin, una muy buena banda para el criterio de musica.com.sv, además con un buen material discográfico auto - producido como todo lo que sale en este país: a base de puro esfuerzo.