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Julian Marley puso el reggae, pero Adhesivo y Los Tachos pusieron el valor de la música nacional

Un sabado de febrero se convirtió en un sábado especial, cargado de reggae, que permitió a muchos, vivir ese día con otra actitud.

El pasado sábado 19 de febrero, muchos, cientos, de amantes del reggae reafirmaron su buena vibra con la llegada de alguien especial… Julian Marley, el hijo del legendario Bob, aterrizaría en nuestras tierras para venir y abonar la semilla del reggae que tan bien ha germinado en esta tierra, como tal cual manifiestan Los Tachos, otrora Anastasio y los del Monte, en su canción Mira Como Crece.

Con mucha actitud, digna de representar semejante apellido, Julian vino a un El Salvador cargado de violencia, extorsión, accidentes con buseros y rastras irresponsables y muerte por doquier, a traer música de paz, con mensajes que quiza muchos poco entienden pero bien disfrutan.

En un anfiteatro lleno, no taquiado, pero con buena presencia de público, la noche pinto super buena para que todos los presentes disfrutaramos de un reggae puro, Jamaica natural.

Antes, al filo de las 8.30 de la noche, Adhesivo… o no… mejor dicho… A DHE SI VO, con mayúsculas y subrayado… grandes, dinámicos, socados, entregados al público a full, con energía al límite y un ska de la gente digno de exportar… ya no para quedarse a sonar en chupaderos, sino para que suene en grandes festivales, donde la gran mayoría de la gente seguro va a explotar con la calidad de esta banda, que, debido a su gran popularidad justificada en el país, ojala no pierda el sentido y deje de ser de obreros, que se vuelvan rockstar.

Luego, Los Tachos, con su vibra positiva, con buen reggae, pero lastimosamente con un sonido que no estaba a su favor, que les ocultaba sus vientos metales, su guitarra y su voz, la de El Pana, una figura que disfrutó con sinceridad su espacio en el escenario y que supo desligarse de esos problemas técnicos, que vale aclarar que poco a poco fueron superados, para poner a disfrutar a los demás con belleza natural, días pasados y las nuevas rolas propias de la banda.

Entre tanto, mucho licor, pizza, dulces de menta, edecanes, viejos conocidos y nuevos aficionados al reggae style…  llegó el momento de Julian…

Una banda conformada por percusión, guitar, bajo, piano… sin metales, abrió el escenario para que luego apareciera Julian, el plato fuerte de la noche,  una noche que llena de Mistica Natural, asi como la tituló la canción su papá, con la que todos explotaron y se pusieron a bailar.

Luego, Julian hizo lo propio, tocó lo propio, hizo suya la noche con rolas de su autoría, que quiza no todos conocían pero que disfrutaron… aunque, debemos hacer notar que muchos de los presentes se quedaron con ganas de más, de ese reggae consagrado, surgido de la naturaleza de Bob Marley,  del cual hasta el final se tuvo una probadita que no satisfació del todo al público. Una situación confusa, que se vuelve entendible viéndola desde el punto de vista de cada involucrado… el público, Julian, la organización, etc.

En esta parte, es necesario hacer una aclaración muy particular... mucha gente llego al concierto con el filling de llegar a presenciar un TRIBUTO a Bob Marley, por parte de Julian, pero eso no pasó. No quiere decir que el reggae propio de Julian estuvo mal... él vino a hacer su trabajo... a proponer su música, que si eso gustó o no pues, no quiere decir que el concierto fue bueno o malo, simplemente es cuestón de gustos... pero si hubo algo que no cuadró cuando se publicitó un tributo que nunca se escuchó... o no serbelio?

Pero la noche estuvo buena, la noche sirvió de fondo para que sonara buen reggae y buena música nacional. Fue una noche de esas que, aún con la presencia de unos cuantos enagenados que siempre quieren entrar por la fuerza, sin valorar el esfuerzo que a todos implica organizar o asistir o tocar… no fue motivo para desvalorizar la buena organización que la productora local Istmo Music ofreció y que se vuelve garantía de buen show en la escena local.

Esperemos más música para más gente… de calidad internacional, pero asegurándonos de darle el espacio a las propuestas nacionales que se lo merecen, no importa el género… importa la calidad.