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Dichosos, hombres de Maíz

El recuerdo, el sentimiento, las confusiones y las interrogantes del ayer tomaron vida y sonido el pasado viernes en el Anfiteatro de la Feria Internacional con la presentación de la banda chapina Alux Nahual.

Ese suceso musical escrito en la historia musical de nuestro país creo que no fue un simple concierto. Considero que fue un encuentro de generaciones, pero encuentro con música de adentro, música con sentimiento libre y como el espíritu de los duendes.

La gente que pudimos DISFRUTAR de la realidad y de la música transmitida por Alux Nahual en sus canciones volvimos a compartir ideales que sólo esta banda chapina ha podido generar con su estilo, lleno de cuerdas, flautas y voces sentidas con pasión de amor y revolución...

La lluvia que inundó nuevamente la ciudad capital no fue una limitante para que los jóvenes de ayer y hoy llegaran a vivir sus remembranzas musicales.

La antesala quedó como anillo al dedo con la locura musical de Martín Núñez. El ex prueba cantó las viejitas del rock nacional y alguna que otra roquera de Timbiriche, Beny Ibarra y los Héroes del Silencio. Carismático y divertido, el Martín tuvo el justo aplauso y coro del público presente. Reconocimiento también que le brindaron los Alux al saludarlo como uno de sus especiales amigos salvadoreños.

Pero el plato fuerte de la noche gustó y dejó satisfechos a todos los roqueros del ayer. La música de los hombres de maíz fue un deleite de sabores, emociones y colores.

Y es que la versatilidad de las composiciones de Alux permitió que los presentes disfrutáramos de variados tipos de ritmos, como un sube y baja sonoro que jugaba con las emociones. Pero no mareaba, no molestaba, es más, me gustó mucho como la banda supo armar un tan amplio y variado repertorio. Según yo, no faltó una de las que los miles de presentes hubiésemos querido escuchar.

Las luces y el sonido dispuesto a los aluxoyentes fue sencillo pero suficiente. Cabe mencionar que la organización del evento fluyó de forma natural. Normal, sin fenómenos, balas o alteraciones de índole violenta a las que hemos estado expuestos desde los tiempos de Alto al fuego.

En el plano musical, podríamos pero redundaríamos en tratar de calificar cada canción de las tocadas. De principio a fin, Alux Nahual demostró una gran capacidad musical con mucha madurez escénica e interpretativa. Gracias al trote que han tenido en su carrera, los viejos músicos vinieron se pararon en el escenario y animaron con sus éxitos. Simple.

Junto a Álvaro Aguilar, Paulo Alvarado, con el Chello, y Óscar Conde, con el sax y la flauta, destacan en tarima no sólo por sus interpretaciones sino también por el ánimo y la catarsis que imprimen con sus movimientos que contagian.

El sube baja cuando los músicos realzan la parte del sentimiento. La Fábula del Grillo y el Mar, Libre Sentimiento, Mujer y las rolas mas bajoneadas de la banda son las que llevan el concierto a una atmósfera musical relajante.

Entonces, concluyo. Gracias Alux Nahual por haberse despedido de nosotros como en sus mejores tiempos. Marcaron una época y un estilo y ahora les rendimos tributo agradeciéndoles por habernos tomado en cuenta en las horas de su nacimiento, desarrollo y despedida.