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Un primer día en la FMB, compartiendo, con una noche fuerte, increíble, por un Gilberto Gil fascinante

El primer día de la Feria de Musica de Brasil fue un buen momento para conocer la dinámica a la que los centroamericanos participantes veníamos a involucrarnos. Intercambio de música, asistencia a ponencias, en portugués pero con mucha atención para traducir al español, y un cierre imponente, de aquellos que tenés que vivir para creer, fue lo que deparó este primer capitulo oficial de una experiencia sin igual.

El pan de queso, las belleza de Brasil y su gente, la música a todo dar, la prueba de sonido, los acordes, cables, lluvia, microfonía… todo, todo eso fue parte de un primer día lleno de alegría, principalmente para los de la región centroamericana, que pudimos abrir puertas para que el sonido de nuestra área se hiciera presente.

Hecho en Centroamérica fue la premisa con la que la delegación se presentó ante la élite de la escena local de El Gran Brasil. Y nos fue bien, por que todos los que pudieron escuchar la música de nuestras bandas, de nuestros aliados, tuvieron buenos comentarios sobre lo que escuchaban.

Gracias a un sistema de escucha digital, proporcionado por Papaya Music, de Costa Rica, los brasileiros pudieron conocer los sonidos de nuestras tierras, esos que nos enorgullecen y que no dudamos que fueran de gran aceptación en este contexto sudamericano.

Gil Gil Gil… Gilberto Gil, increíble.

Pero el broche de oro vino en color vino, oscuro, como la piel de esta gente llena de sonrisas y calor en su ser. Gilberto Gil, ex Ministro de Cultura y referente de la música de aquí entró en escena con una primera lección para todos… presentó a su banda, a su familia, como lo denota en escena, uno por uno, destacando la grandeza de cada músico, que pronto quedó más que evidente en el tremendo show que el Maestro ofreció.

Fundamentando su música en su raíz, Brasil, samba, matizada con variaciones de tiempo, pero siempre con el mismo ritmo que obligaba a mover o los pies, o el cuerpo o la cabeza.  La destreza y calidad de su violinista y acordeonista fueron la nota prima de una entrega que secundaron la línea de percusión, triangulo incluido, con bajo y guitar sonando.

La aceptación del respetable para con Gilberto fue, y es, la mejor muestra del poder que posee este experimentado músico, para transmitir su mensaje de paz y amor, con sonidos y armonías.

Un Show Grandioso, así, con iniciales mayúsculas, que cerró una noche en la que también pudimos apreciar música tradicional brasileira, con coristas bailando y siendo libres, luego de una propuesta jazzística que ofreció un trío que genera su música en instrumentos de madera, percusión y experimentales.

Luego, un after party,tranquilo, relajado, con más música local de fondo, para seguir compartiendo y conociendo como se mueve la escena musical de este país, que es grande, no sólo en territorio, sino en apreciación por el arte musical.

 

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