RUBÉN FLAMENCO:
RUBÉN FLAMENCO: Músico prodigio y orgullo nacional
Lunes, 18 de Abril de 2005
Rubén Flamenco es un joven pianista cuyo talento le ha permitido surcar las fronteras. Con apenas 24 años, sus dedos le han dado vida a la música de grandes y reconocidos artistas como los salseros Jerry Rivera, Rey Ruiz, el grupo Niche y otros de esa categoría. Su perseverancia y dedicación son un testimonio de que El Salvador puede ser una cuna fértil de talentos esperando a ser descubiertos.
Rubén fue el ganador de la última beca, otorgada en vida, del gran maestro del timbal: el puertorriqueño Tito Puente. Esto le permitió estudiar una especialización en música latina en un prestigioso conservatorio en la ciudad de Nueva York, ciudad adonde vivió durante tres años. Rubén tuvo también la oportunidad de ser el artista que tocara en el último concierto de verano – el 30 de agosto -, en el World Trade Center antes de los ataques del 11 de septiembre de 2000.
Orgulloso de ser salvadoreño
“Soy salvadoreño, antes que nada”, dice Rubén mientras cuenta un poco acerca de sus orígenes.
La música le llegó por herencia de su padre quien también era músico. “Desde los 5 años empecé a tocar el piano, después agarré el trombón, después agarré el saxofón, luego la trompeta y al final regresé al piano. Así empezó todo”, dice.
Flamenco, como muchos otros músicos salvadoreños, empezó a entusiasmarse en las aulas y pasillos del colegio Don Bosco. “Pertenecí a la orquesta del colegio. Después de eso, nacieron las inquietudes de estudiar música profesionalmente”, explica.
Fue entonces cuando al salir del colegio, Rubén se fue a estudiar a la Universidad de Costa Rica adonde cursó 4 años de la licenciatura de piano clásico y luego tres años en un taller de Jazz. Pronto Rubén sobresalió y tuvo la oportunidad de entrar al mundo del “top de la salsa”.
Flamenco acompaño a orquestas tales como “Billo´s Caracas Boys”, el legendario grupo “Niche”, a solistas como “Oscar de León”, “Celia Cruz”, “Gilberto Santarosa”, “Rey Ruiz”, y otras “firmitas” de esa talla...
“Luego me salió la inquietud de viajar más allá”, relata. “El bajista de la “India” (solista salsera), Danny Lozada, fue quien me inspiró para irme a Nueva York”.
En 1999 Rubén logró entrar al conservatorio de “Harbor” en la ciudad de Nueva York adonde aplicó para competir por una beca que “el Rey del Timbal”, Tito Puente entregaría. Rubén fue el afortunado ganador pero lastimosamente Puente moriría al poco tiempo.
“Como salvadoreño, llegar a poner la bandera de El Salvador cuando tocaba con Jerry Rivera fue un gran orgullo. Siempre adonde yo iba, llevaba mi bandera que decía “El Salvador Siempre en Alto”.
A la gente le llamaba la atención que viniendo de un país de Centroamérica con muy pocas posibilidades – porque aquí no hay música, aquí no hay apoyo al arte, aquí no hay absolutamente nada -, pero si siempre nos lamentamos nunca vamos a hacer nada. La idea es salir adelante, como músicos preparados que somos, venimos a apoyar a El Salvador y hacer que El Salvador se levante”, concluye animoso.
Estas son algunas de las - muy honestas -, impresiones de Rubén, luego de su regreso a casa.
En Vivo en un reciente concierto en La Luna Casa y Arte.
De "regre" en el barrio
"Mi motivo de regreso fue algo personal, no profesional", aclara. Rubén ya había terminado sus 3 años de estudio en el conservatorio y después de los atentados del 11 de septiembre, la situación en Nueva York se puso complicada y el músico decide regresar a su país natal. Sin embargo, después de estar acostumbrado a tocar frente a grandes públicos, el ambiente musical "en pañales", de nuestro país fue un impacto bastante fuerte para Flamenco.
"Fue muy duro acostumbrarme al ambiente musical acá. Es totalmente diferente. Aquí no hay un buen pago, al músico no se le valora mucho, el músico tampoco se da su puesto. No tiene mucha reputación. Fue muy difícil porque vengo de Nueva York dando shows internacionales adonde asistían 16,000 personas y luego venir acá es un choque bastante grande. A la larga estoy tratando de saltar estos obstáculos y superarme".
Ahora el pianista tiene varios proyectos. "Tengo este proyecto del quinteto de Jazz Latino, tengo un proyecto de música acústica que se llama Los Flamenco y soy arreglista de mi propia música", explica.
Para su ensamble de Jazz Latino, Rubén Flamenco ha seleccionado a unos de los mejores y reconocidos músicos salvadoreños que forman parte de El Salvador Big Band, el grupo Amaretto e incluso la Sinfónica Nacional. Ellos son: Ricardo Alvayeros en la batería, Américo Masariego en el bajo, Ernesto Buitrago en las congas y Wilfredo Alfaro en el saxofón.
El ensamble ejecuta las composiciones de Rubén, verdaderas muestras de la riqueza de los ritmos y géneros musicales tradicionales y populares de Latinoamérica armonizados bajo el Jazz.
Rubén tiene el proyecto de lanzar material discográfico que llevará como título "De El Salvador para El Mundo", sin embargo el músico todavía tiene que familiarizarse con la difícil realidad musical del país. A pesar de ello, su currículum y su experiencia de seguro harán más fácil esta labor.