R.C.P. : LA MEJOR BANDA DE ROCK DE LA “NACIÓN”
Lunes, 25 de Abril de 2005
El concurso de bandas de rock organizado por Soundoll Records, Mosh de TV Doce y Radio Cool fm llegó a su fin. El resultado dejó como grandes ganadores a la banda de power melódico/progresivo R.C.P. y a Adicción como banda con mayor proyección (premio de última hora...).
Ante un numeroso público, las bandas GAIA, Clandestino 10-4, R.C.P., Barek, Adicción y Argot; previamente clasificadas en jornadas realizadas anteriormente, dieron lo mejor de sí para ostentar al premio consistente en un contrato discográfico con Soundoll Records que incluye la grabación, producción y promoción, nacional e internacional, de un disco; además de productos promocionales de las empresas y marcas patrocinadoras: Telefónica, Red Bull, Efecto Áxe, Luz Azul Producciones, Sprite, Pílsener y Restaurante Dolce Fierro.
Luego de un sin fin de notas, acordes, gritos y solos dentro del power, heavy, progresivo y latin power, la presentación realizada por cada una de las bandas pronosticaba una competencia muy reñida.
La banda santaneca de heavy GAIA fue la que con sus tremenda descarga de gritos y armonías afinadas, al estilo Rata, abrió el desfile roquero de la noche. Una banda que promete mucho y que apuesta por el potencial melódico del metal.
La noche roquera prosiguió con Argot, que con mucha distorsión en sus voces y liras propuso música fuerte y dinámica, aunque con pocas variaciones rítmicas y melódicas. Además, su presentación estuvo marcada por comentarios entre las rolas que estaban fuera de contexto. Aunque con poca fluidez y seguridad musical, la banda tiene filing y anima a roquear.
Sin duda alguna, lo mejor de la noche estaba por llegar. R.C.P. anda volando. Desde hace varias presentaciones, este grupo demuestra el fruto de su notorio trabajo: seguridad interpretativa, afinación musical, y contundencia y solidez grupal puesta en escena. Desde sus primeros sonidos de la noche, (bien administrados por Chente Sibrián en la consola) los R.C.P. derrocharon todas las virtudes y destrezas musicales que destacan la habilidad ejecutante de los hermanos Rosa en las guitarras, la sincronía y el buen mantenimiento temporal de bajista Mark Bell y el Chepe Salomón en la bataca – como metrónomo humano- y la gran aptitud vocal con afinación y entonación de Carlos Reyna. No de balde el grupo triunfa en los concursos que están de moda.
Pero la cosa se pondría más reñida. “Clandestino está en la casa...”. Con un impresionante torrente de energía y dinamismo subió al escenario la banda de los 10-4 quienes a fuerza del sonido del latin power mezclado con tintes de hip-hop, más el fuego malabarístico del chileno Vittorio, pusieron a saltar y bailar (y a hacer trencito) al respetable público. La banda generó un movimiento general entre los ya alebrestados fanáticos roqueros que se manifestó en un mosh explosivo ( en el que hasta las cheras se sometieron...). El filing que emanó Clandestino se basó en el musicón que producen sus integrantes, quienes poseen un buen tramo recorrido en la onda de la música y el rock. Entre ellos, el greñas, Magaña y sus rastas, el conejo aborigen y Alex Huezo en las liras, y el despabilado (y ahora con celular) Richard Ortiz, en la bataca.
LA JUSTICIA QUISO APRESAR EL ROCK
Clandestino10-4 es un grupo que aunque esa noche no “ganó”, saben que triunfaron por que su música puso de pie al marón, y llamó la atención hasta de los señores agentes del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM). ¿Habrá sido por su canción Sandoval?
Aduciendo que el volumen y la pasión del rock estaban muy fuertes, los del CAM llegaron a tratar de “asesinar” el evento. De ahí en adelante el rock ya no fluyó con libertad pues, para evitarse el gasto de la multa, los señores gerentes del Dolce se convirtieron en escoltas del sonidista de Luz Azul, Roberto Guidos, para que no se le fuera a pasar el dedo en el volumen.
Las limitaciones de sonido y tiempo afectaron la presentación de los grupos en turno.
Bárek fue la banda que diezmada por el oficio de los señores agentes, el poco efecto de sonido que apenas se permitió y la buena labor realizada por los grupos anteriores, no pudieron más que realizar una presentación musical que los representara dignamente ante los roqueros asistentes.
Bajo las mismas condiciones subió a tocar Adicción, la última banda en turno de la noche. Pasaba de la medianoche y en ese momento pesaba más la supuesta ordenanza municipal y sus multas, que la propuesta que ofrecieran estos tecleños agrupados apenas hace unos 6 meses. Nuevamente, el grupo demostró que poseen un buen cantante, Rafael García, quien es el que se echa el equipo al hombro para sonar con seguridad y capacidad. Aunque con la carencia de tiempo, afinación y solidez musical, Adicción recibió el apoyo de toda la barra que los acompañó esa noche. Al final, el apoyo de su público y las ganas que le pusieron en su injusto corto tiempo de presentación, valió para que triunfaran y cosecharan su primer éxito en tan corto tiempo de existencia.
El platillo musical estaba servido. Quedaba entonces en el gusto del cuerpo de jurados decidir al ganador de la noche. Compuesto por el ahora conciente Nehemías Death (Mosh), Diego Selva (REDD y Radio Cool), Franco Rivera (Sobretierra) y Rodolfo Gómez ( Soundoll Records); el jurado decidió otorgar a R.C.P. el premio a la mejor banda de rock de la Nación, y el inesperado, misterioso y nunca anunciado premio de mejor banda con proyección a Adicción.
Con todos esos factores que de una u otra forma permearon el evento y con la satisfacción de unos (aunque sea a medias) o el descontento de otros, el concurso “Nación del Rock” resultó ser un gran aporte para el desarrollo del rock guanaco. Ni el CAM, ni la defectuosa organización y ni los concursos de los Cool, fuera de contexto y de muy mal humor, fueron motivo para que los exponetes del nuestro rock demostraran todo su talento.
Al final del evento, participantes, publico asistente y organizadores destacaron el potencial que los músicos y el rock nacional poseen, el cual se debe seguir explotando. Esperemos haber si el futuro nos depara y nos promete ser nuevamente una “Nación del Rock”.