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100 años de cerveza para la cabeza / Reventazón en la capirucha

Jueves, 28 de Diciembre de 2006
 
La fiesta de la cerveza se vivió con espuma y efervescencia. El pasado sábado 14 la Beerday party fue el pretexto ideal para que miles de salvadoreños se reunieran en el Pabellón Centroamericano de la Feria Internacional para escuchar la música del momento, del ayer y de siempre.



Gondwana, Alux Nahual, Vilma Palma e Vampiros y Vicentico fueron los soneros de la noche. Cada una de las bandas dio espacio y canción a cada uno de los celebrantes ahí presentes.



A las cuatro de la tarde todo mundo comenzaba a llegar al lugar. Otros por su parte, se llegaban al hotel donde los músicos y artistas estaban hospedados para conseguir un autógrafo, un saludo o un recuerdo.



A esa hora, supuestamente, las bandas nacionales tenían que estar sonando. Frigüey, R.E.D.D. y Santo Remedio jamás salieron a escena. Problemas de horario no permitieron que la gente presente escuchara a los nacionales.



Según William Paiz, batero de Frigüey, la falta de tiempo para probar sonido los obligó a tomar la decisión de no tocar, sin cumplir con ese deber moral musical.



A las 7 de la noche, luego de tres horas de espera, la fiesta comenzó y más de 800 cajas de cerveza se destaparon en sin medida y sin razón.



El reggue chileno de Gondwana apareció con rolas nuevas en su producción y con las tradicionales como “Armonia de amor” y “Verde, amarillo y rojo”.



Ya conocidos, los chilenos se pasearon por la escena con la calidad musical que les caracteriza.



En el pabellón habían instalados dos escenarios. Grandes, ideales para la ocasión. Los organizadores se anotaron una buena nota al determinar que el show debía presentarse en dos espacios muy bien establecidos. Luces, monitores y todo el equipo necesario para que la producción sonora estuviera a la altura de lo prometido.



Después de Gondwana, la fiesta se vino, con el viejo del quisco, con hombres de maiz y con chapines en escena.



Ranferi, Álvaro y compañía ofrecieron una presentación en la que predominaron las tradicionales rolas que en los noventa les hicieron figurar. “Toca viejo”, “Hombres de maíz”, “Aquí está tu tierra”, “Alto al fuego” y muchas más sonaron al compás del coro salvadoreño, compuesto por unas 7 mil personas presentes, según el estimado de los organizadores.



Baquetas al aire, sin haber sonado “La fabula del grillo y el mar”, y pancarta en mano promocionando su sitio web oficial, Alux se despidió con el aplauso justo.



Después se vino la pachanga. “Ella era un travesti” dijeron los Vilma Palma e Vampiros, al momento de su presentación. Su parte del evento, ellos la iniciaron con el éxito de “El auto rojo”.



De ahí en adelante, los Vilma deleitaron con razón a sus oyentes, danzantes ahí presentes. La banda, originaria de Rosario, en la república albiceleste, también interpretó covers de Pink Floyd, para el deleite de peñipa, y otros más de Soda Stereo.



Muchísimo más accesibles que Vicentico, Vilma Palma gustó y dejó abiertas las puertas para volver, tal cual como es el deseo de los argentinos.



A esa hora la cerveza ya se había tomado la cabeza. Los tickets otorgados por los organizadores a los jovencitos sedientos de la noche fueron un alivio para el alma y un incentivo para el ser. Buen detalle. La camiseta también.



La noche, ya casi de madrugada, terminó por los caminos de la vida. Con una nutrida banda, el ex vocal de los Cadillc’s, Vicentico, ofreció un recital lleno de gustos, colores, acordes y sinsabores.



“Los caminos de la viiiiiiida”, “Tiburón”, “Vasos Vacios” fueron parte del repertorio de Vicentico, Don Vicentico, quien vino a sacar el mandado. En ningún momento se avala a quien le lanzó el vaso de cerveza a su chaqueta de cuero, pero tampoco se avala las constantes declaraciones y discursos largos que le robaban tiempo a la música.



Pero eso fue sólo un detalle de poco color que no opacó la alegría de la gente. Al final de la noche, todos, todos, todos, los presentes se fueron satisfechos. Buen sonido, buenas bandas, bonitas presentes, bolos poco ofensivos, amigos y amigas, buena organización y alegría amigos.



La noche de la cerveza se volvió una buena ocasión para disfrutar. Dios, la empresa privada, la que puede; y las empresas productoras nacionales permitan y se esmeren nuevamente en ofrecer a los salvadoreños espectáculos de calidad. La próxima vez, sin olvidarnos de que las bandas nacionales también deben sonar.

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Imagen de la raza presente en la feria.Gondwana volvió a El SalvadorCelebración cervecera.Celebración cervecera.Los Hombres de maíz se llevaron los aplausos de la noche.Los Hombres de maíz se llevaron los aplausos de la noche.Vicentico llegó y cantó sin mayores sorpresasVicentico llegó y cantó sin mayores sorpresasVilma Palma

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